IDA
Superados una variada serie de contratiempos, a las 11.59 pm, salimos de prefectura con el rol sellado bajo el brazo, para el club a dormir unas horas hasta a las 4 am y soltar amarras hacia Conchillas.
Somos 14 veleros del Sudeste mas un invitado del Barlovento que, horas antes, celebramos el inicio de una nueva edicion de NAVEGANDO EL SUDESTE con una Cena de Camaraderia.
Puntualmente comienza el desfile. Lentamente vamos saliendo e izando mayores, uno a uno nos encolumnamos para ilvanar los espeques del nuevo canal costanero. Hay poca agua. Pese a que unos pocos tocan, ninguno se vara y los primeros albores llegan apenas cruzamos el Mitre.
El canal 18 VHF transmite y recibe todo tipo de modulaciones. De todas transcribire la mas célèbre que quedo en mi memoria:
“estoy tomando Te con Ron.. en una mano tengo una tasa de Te y en la otra un vaso de Ron”. Los controles de alcoholemia no operan al amanecer.. (todavia!!)
Con viento E de 10 kt. Vamos cenidos tratando de apuntar a nuestro WP, el hundido Mtro. Di Tomasso. Los que caemos al Norte tiramos bordes. La manana esta muy Linda y disfrutamos de la orzada, que cada tanto nos presta una racha y un poco de escora.
Vamos casi a la par del Amazonia, un CP 30 crucero, gemelo al Sorba que fue de mi amigo Sermagi, con el que tantos cruceros y regatas navegamos.
Intercambiamos fotos, y dialogos por radio. El mas importante por su trascendencia y por tratarse de un evento en el que representamos al Club, es el referido al ambito de aplicacion de los controles de alcoholemia antes mencionados, lo que nos obliga por prudencia, a esperar a navegar sobre el canal uruguayo para tirar (en este caso no aplica “cazar”) del primer corcho etilico.
Ya habiendo deribado hacia el N a la altura de la torre Anchorena, esquivamos algunos espineles y nos ponemos a popa de La Nina para “copiar” su entrada. En realidad, somos una gran fila india y ya adentro del arroyo San Francisco esperamos por orden de llegada que cada uno amarre.
ESTADIA
Con el pinche por popa y un cabo al arbol mas cercano quedamos firmes al lado del Casablanca por estribor y del Principe Errante por babor.
Comemos, charlamos, nos visitamos de barco en barco. Algunos aprovechamos la quietud del lugar y el tiempo libre para dormir una siesta. Vamos a prefectura para entregar el rol que ya habiamos anticipado por radio. Bajamos a la playita, recorremos el muelle.. todo en grupos, en grupos que van variando, en grupos en los que entra y sale gente que por algun motivo va y viene.. pasea, se entretiene, anda por ahi..
El SUDESTE ha “invadido” amistosa, fraternal y respetuosamente el arroyo San Francisco.
La noche fresca como para dos frazadas, nos despide con unos fideos caseros con estofado, preparados en la sede del club, en la segunda cena de camaraderia.
En la manana del domingo algunos, temprano sueltan cabos y siguen con el plan rumbo a Riachuelo pasando entre las islas Hornos, por el paso de los bergantines, y entre las I. Lopez, frente a Colonia. El resto, pasamos el puno de la remera por el vidrio de una escotilla para desempanar el rocio y verlos ir.
Nos quedamos.
A media manana, despues de suficiente mate y de escuchar atentamente las felices anecdotas de Alicia y Daniel del Casablanca, en sus singladuras por Angra, emprendemos una caminata de 7 km hasta el pueblo. A conocerlo y a la fiesta gaucha que se celebra con un asado con cuero y con competencias de destreza.
Conchillas tuvo su epoca de oro en los finales del siglo XIX y hasta las anos 50, cuando se extraia piedra y se la enviaba a Buenos Aires para la construccion del Puerto y otras obras. Conserva de esa epoca, viviendas tipicas galesas que ocupaban los trabajadores, de construccion antisismica, capaz de soportar las detonaciones necesarias para la extraccion de la mencionada piedra.
Hoy las esperanzas del pueblo esta puestas en la nueva pastera que, rodeada de muchas idas y vueltas, parece se va a construir. Tanta chatura e inactividad como la que vive este pueblo, no entiende de razones ecologicas como para oponerse.
La ultima cena tiene una larga sobremesa, plagada de anecdotas y cuentos. Asi, agotados de tanto reir, nos vamos a dormir.
VUELTA
A las 8 am, dos horas antes de la plea, vamos abandonando el arroyo. Con poca agua, pero suficiente como para que nadie vare.
Suave NE y muy soleado hace que la vuelta sea un paseo. Invertimos la ruta de la ida. Cuando deja de soplar, metemos maquina.
Ya habiendo cruzado el Mitre, refresca y un SE nos entra a oreja de burro.
Un verdadero placer.
Disfrutamos tanto que solo nos quedan ganas de que esto se vuelva a repetir.