Quien, alguna vez no ha invitado a hacer un crucero a esos amigos de toda la vida que no navegan? Que te ven como un loco lindo que anda ahi diviertiendose con su "barquito"?
Asi fue, que aprovechando el receso de regatas, nos fuimos a Colonia a crucerear con 3 terricolas a bordo.
Tan entusiasmado estuvo que hasta quiso completar el cuaderno de bitacora. Apenas logre sacarselo de las manos a cambio de mi promesa de publicar sus lineas, asi que aqui van las sensaciones de un NO nautico despues de un fin de semana en el rio.
Relato de un novel tripulante
Recibo una invitación de Daniel para formar parte de la tripulación del Pleamar en una regata ida a Colonia (Uruguay), luego de hacer la inteligencia familiar le confirmo mi asistencia. Surgen las preguntas de rigor, cuando salimos, que llevo, como va a estar el tiempo, etc.
A Daniel lo conozco hace muchos años y aunque el no lo sepa no se si subiria a un velero si el no forma parte de la tripulación; siempre antepone la prudencia, el criterio y ya tiene mucha horas de navegación.
El viernes duermo en el barco con Daniel y ya que el sábado llegara el resto de la tripulación: Gustavo (el buitre), Marcelo (el Flaco aunque hoy acusa 115kg) a ellos los conozco desde la misma época que a Daniel. Como una parodia del film Alien, nosotros teníamos un quinto pasajero: Matías (Mati) el hijo del Flaco al que el toda la tripulación lo vimos crecer desde la cuna, a mi este tripulante me toco el corazón ya que hoy es un hombre que comienza su camino, tiene sus ideas, gustos, necesidades, y sueños….
Seguramente por el frío reinante la cantidad de participantes se reduce a 4 embarcaciones, siendo la nuestra la mas antigua y con menor desarrollo tecnológico en su construcción, sin embargo se nota que Daniel y el Buitre (son socios en la propiedad del Pleamar) ponen los recursos materiales y humanos para la excelente conservación del mismo.
El sábado por la mañana se establece el punto de largada y horario, estamos organizando la partida y escucho:
"vamos, vamos que ahí poso la lancha del club que va a marcar el inicio de la regata"
Como hormigas en la antesala de una tormenta vamos de aca para allá y partimos a motor hacia la largada.
El viernes a la noche tuvo una fiesta de 15, así que diría que embarcamos los restos de Mati, imaginen si en suelo firme estaba su color entre verde y blanco, lo que era cuando se comenzó a mover el Pleamar, el "quinto pasajero" estaba en estado de larva. Aclaro para los mal pensados, Mati no toma alcohol.
Las dos radios con sus volúmenes al máximo, se ve la boya y la embarcación que trazan la línea imaginaria de largada, nosotros con la mayor con mano de rizos, Daniel y el Buitre intercambian detalles técnicos y establecen la estrategia de largada, Mati (una larva) el Flaco y Yo a la espera de instrucciones. Se escucha la radio, el Flaco encargado del cronometro, las maniobras para llegar a la línea imaginaria justo al momento de largar, se escucha en los altavoces de las radios:
“dentro de una minuto, diez minutos para largar”
Fluye adrenalina por la tripulación, pasamos finito por la línea de largada, damos un giro y nos alejamos, Daniel muy concentrado al igual que el Buitre, el Flaco comanda los tiempos faltantes, yo recibo las instrucciones de ayudar al Buitre a cazar las vela.
La radio: “falta un minuto”
Adrenalina a full, miro rededor, veo que estamos en una posición excelente, a pocos metros nuestros la franja imaginaria y escuchamos:
“10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, Beeeeee”
Al fin largo subimos el Genoa, minutos después, “estamos en camino”
Marcan en el GPS los puntos de referencia, se establece el rumbo, vamos a tener una linda navegada. Mati mientras tanto daba pena por lo mal que se sentía, nunca se olvidaba de decir “tengo hambre”
Todo nos hacia prever una navegación movidita pero sin sobresaltos. Al timón Daniel, el Buitre primer oficial, nosotros y la larva.
Nos acercamos a una boya, la que debemos dejar a nuestro babor (lado izquierdo) o no lo tengo claro tal vez la debíamos dejar a sotavento (perdón si algún termino náutico es erróneo). El río con una ola interesante y viento respetable y algo que no se ve a simple vista, “la deriva” es la fuerza de la corriente, que influye directamente sobre el rumbo de la embarcación. Daniel mide en base a los datos disponibles, hace maniobras para evitar la boya y dejarla a babor, las velas me tapan la visión, mis cálculos dicen que pasaríamos muy cerca. El primer oficial (El Buitre) en silencio mira las maniobras, vuelvo a mirar y no cabe duda que le para mas o menos la mitad del Pleamar vamos impactar la boya. Me tranquiliza ver que tiene protecciones de goma, y por el tipo de impacto a mi criterio no corre peligro el casco de la embarcación, lo que nunca tuve en cuenta es que quedando a sotavento y con la escora que llevábamos las velas iban a tocar la parte superior de la boya, un abrelatas. Momentos de angustia e incertidumbre, nervios y todos tratando de solucionar lo que nos estaba pasando los cables que sostienen el palo y las drizas enganchados a la boya, el Pleamar pegado a la boya y todos tratando de desengancharnos de este abrelatas. Uffff se soltó, todos nos sentamos por un segundo para buscar recobrar la cordura y tranquilidad, la vela mayor: dañada. “que cagada”; Daniel enojado, muy molesto, pero esas molestias y enojos jodidos, ya que no hay peor enojo que el que es con uno mismo, el Buitre en silencio.
Nos acercamos a una boya, la que debemos dejar a nuestro babor (lado izquierdo) o no lo tengo claro tal vez la debíamos dejar a sotavento (perdón si algún termino náutico es erróneo). El río con una ola interesante y viento respetable y algo que no se ve a simple vista, “la deriva” es la fuerza de la corriente, que influye directamente sobre el rumbo de la embarcación. Daniel mide en base a los datos disponibles, hace maniobras para evitar la boya y dejarla a babor, las velas me tapan la visión, mis cálculos dicen que pasaríamos muy cerca. El primer oficial (El Buitre) en silencio mira las maniobras, vuelvo a mirar y no cabe duda que le para mas o menos la mitad del Pleamar vamos impactar la boya. Me tranquiliza ver que tiene protecciones de goma, y por el tipo de impacto a mi criterio no corre peligro el casco de la embarcación, lo que nunca tuve en cuenta es que quedando a sotavento y con la escora que llevábamos las velas iban a tocar la parte superior de la boya, un abrelatas. Momentos de angustia e incertidumbre, nervios y todos tratando de solucionar lo que nos estaba pasando los cables que sostienen el palo y las drizas enganchados a la boya, el Pleamar pegado a la boya y todos tratando de desengancharnos de este abrelatas. Uffff se soltó, todos nos sentamos por un segundo para buscar recobrar la cordura y tranquilidad, la vela mayor: dañada. “que cagada”; Daniel enojado, muy molesto, pero esas molestias y enojos jodidos, ya que no hay peor enojo que el que es con uno mismo, el Buitre en silencio.
Se abre una nueva alternativa, seguimos o volvemos, la costa de Buenos Aires aun a la vista. Varios cambios de opinión y decidimos seguir. El Flaco es una persona que le gusta y sabe bastante de actividades manuales, muebles, aires acondicionados, mesas, quinchos, etc. etc., dan por probadas sus habilidades y se le ocurre hacer un parche con cinta tape. Organizamos la maniobra “parche” y manos a la obra, el Buitre, el Flaco y Yo encargados de esta reparación, bajada la mayor se visualiza el daño del Genoa. En minutos hacemos las tareas e izamos la vela mayor, la navegación pasa por unos minutos tensos, de recogimiento, un tiempo necesario para recuperar el ánimo.
El parche. Las velas resisten mas de lo que parecen.
Al rato seguimos, vino, fiambre, nuestro almuerzo, mientras Mati, dejando su espíritu por la borda. Llegando al puerto de Colonia y a la vista de la fiscalización de la carrera pagamos la pena por haber tocado la boya, dar dos giros de 360 grados.
Buen Aduje en la proa
Otra vez, Daniel al timón, el Buitre en proa, el Flaco encargado de una parte de la maniobra y Yo de la otra. “listos vamos” dice Daniel, hacemos la maniobra y les soy sincero fue como correr un sprint de 300 mts el nivel de agitación. Maniobra concluida y arribamos a puerto.
Contentos por haber concluido la regata aunque apenados por los daños a la embarcación. Nos organizamos y nos espera ver en suelo Uruguayo el partido Argentina vs. Uruguay. Que momento!!!!! No voy a relatar los festejos de los Charruas y nuestra amargura por un resultado por todos conocido.
Tevez patea como "elano" (jugador Brasilero que tambien malogra un penal). Parcialidad Charrua festeja!!
Domingo por la mañana después de haber sufrido por la noche los ronquidos del Flaco nos levantamos, desayunamos y partimos de regreso, sin Boyas por delante motor y mayor hasta salir de puerto y estar en un punto sin riesgos para izar el resto del velamen. Tenemos viento casi de popa, bastante fuerte y con ola. Estamos viajando a una muy buena velocidad 7, 8, 9 nudos. Toma el timón el Buitre, la verdad que con la ola, los nudos desarrollados y la dificultad que implica la navegación con viento de popa, sin ofender al Buitre por un momento me hizo dudar y me alarmo, pero con el correr de las olas, fue tomándole la mano y nos llevo de maravilla. Cada tanto una ola nos salpicaba a todos.
Bandada de Gaviotas "pescando".
Mati repuesto desde el sábado a la noche, los demás charlando de muchas cosas, hasta al Buitre lo hicimos hablar. Gracias a Daniel y al Buitre por la invitación, al Flaco y a Mati por el buen fin de semana que pasamos. Julio.