Nuestro Ultimo Día, Su
Primer Día y Su Ultimo Día..
En el Mismo Día!!
Los
albores del nuevo milenio trajeron cambios significativos para nuestra vida
Nautica. Además de mudarnos al Sudeste y adoptar para siempre los colores
de su gallardete, al poco tiempo, y después de mucho buscar, pasamos de
la angostura del grumete Junco II Nro. 296 a la esbelta estrepada del Pleamar.
Y
como estas cosas siempre suceden a fin de año, a los pocos días, en el
estado que se encontraba y con muy poco "cobre" en el bolsillo,
soltamos amarra rumbo a Riachuelo para pasar unos días de verano y empezar a
conocernos.. el barco y nosotros.
Siendo
la propiedad compartida, a mi me tocaron los primeros 15 días, pero lo que
quiero contar sucedió exactamente en el acto de traspaso de mando a mi socio,
es decir, nuestro ultimo día y el primero de él y su esposa No-Nautica.
Entonces
después de tanta letanía, casi invadidos por el "mal del
sauce", ordenamos la nave, solté mi árbol al que bautizamos
Puerto Pleamar, levante el pinche y lentamente puse proa al muelle.
La
temperatura alta, presión bajando, viento N y calmando, San Pedro
afinando los timbales..
Llego
al muelle y fondeo por popa y me tomo de una bita, quedando entre un Aries 105
y un clásico de bandera uruguaya que solía remontar el rio desde
Montevideo. El resto del muelle, lleno de otros barcos..
Los
minutos pasan y mientras ansioso espero la llegada de los nuevos veraneantes,
las nubes avanzan y lentamente (nunca lentamente) entra El señor de las Pampas,
Pampero.
Mi
vecino, el Aries, se apoya al Pleamar y mis 16 kg. de hierro mas cadena no
alcanzan para aguantar 2 barcos. Tímidamente (aguante el Timido II), le
pido a la Sra. que estaba a bordo que case, digo que caze el fondeo, pero ella
me dice que esa tarea la hacen los hombres, por lo que le solicito paso.
Antes que me conteste ya tenía en la mano un cabo semejante a una escota calmera
de spi del cual empiezo a cazar y en cuatro brazadas saco del agua un ancla de
1 kg.. Si, Si! Habían fondeado con el ancla del gomón..
Mientras
tanto, al unísono, caen relámpagos, entran rachas, se larga una lluvia
torrencial (cat & dogs), Pleamar + Aries 105 - fondeo de 16kg. + cadena +
anclita de gomón = barremos con todo lo que
hay en el muelle, los barcos de sotavento tienen que filar e
"irse", y en toda esa confusión forcejeando para que los
candeleros de hierro cromado no se calcen abajo del muelle, levanto la mirada y
veo tras la cortina de agua, venir, como un princesa que baja de su jet
privado, a mi pobre concuñada con su equipaje first class anti-riachu, mojada,
empapada y confundida, sin siquiera capacidad para llorar, patalear
o entrar en una crisis nerviosa, a "empezar sus vacaciones".
...
lo
que siguió es historia y sería realmente muy largo de contar. Quizás este
verano entre copa y copa alguna tardecita más relajado termino el cuento..
cuento verdadero!!
Solo
les digo que, a mi cuñado le alcanzo con darle a su esposa, un beso al pie de la "tour Eiffel" para ser perdonado y conservar hasta hoy su matrimonio. Mi concu no
volvió a cruzar el canal mitre.
Y
cada vez que nos acordamos y recordamos esta historia BRINDAMOS POR LOS BARCOS
QUE NAVEGAN!!!