ORC INTERNACIONAL - ORC CLUB - PHRF - DOBLES - CLASICOS
Habiendo pasado
el receso tipico de mitad de anio, el Campeonato de Invierno arranco con una
ida y vuelta a Riachuelo para continuar
el fin de semana siguiente, a condicion de parque cerrado en YCA Darsena para la flota “orcqueana”, con
un sábado de barlo-sotas y terminar con un recorrido de marcas fijas y entrega
de premios.
Para la
tripulación del Tímido II es el regreso después de un impasse de varadero que
nos dejó sin competir desde el Circuito Atlántico Sur corrido en enero pasado.
Buenos Aires –
Riachuelo
Con pronóstico de poco viento del E y alrededores, poco y nada de sol y aguas escasas bajo la quilla vamos desfilando hasta la línea de largada ubicada, en las cercanías de km 4 del canal de acceso. Sin llamadas generales ni banderas de inteligencia, largamos ORC Internacional, ORC Club (nuestra formula), PHRF, Clásicos y ORC Dobles. Orzando con buenas apuntamos al canal, con malas a la costa argentina. La bajante no le da chances de llegar a aguas dragadas en busca de profundidad y lo deja varado al Gaucho El casco colorado que siempre nos guía, resignado y sin poder hacer nada, nos ve pasar. Más tarde pide ayuda para zafar, abandona la prueba y cruza el rio para correr la vuelta. Nosotros a poco de largar, nos vamos hacia el S en un borde largo, repitiendo la táctica del año pasado que nos pagó con un 1ro. en la general. Todos los tripulas sentaditos en la banda vamos sequitos disfrutando la cálida resolana. Más tarde, el otro borde a la sombra e inactivos resulta un poco menos que gélido. A medida que nos llegando a la costa uruguaya, la flota se vuelve a juntar. Los más grandes y veloces logran cruzar la línea casi con las mismas condiciones que con las que largaron. Nosotros a la altura del muelle de la playa El Calabrés nos encalmamos y con ello los minutos que nos faltaban para llegar se convierten en muchos más. De repente, 3 nudos resulta una velocidad excitante! Así, saltando de racha en racha y de recalmón en recalmón, llegamos finalmente a escuchar el bocinazo de final de regata.
Una vez adentro
del arroyo optamos como la mayoría de los barcos por ir hasta el muelle, donde
nos apiñamos en desordenadas primera, segunda y hasta tercera línea de
amarre. Los que fondearon más alejados
pueden bajar abordo de la lancha “Rana” que generosa y desinteresadamente el
oficial del día dispuso para que todos lleguen al tercer tiempo donde al calor
de un gran fuego se sirven choris, colitas y bondiolas, y se beben heladas
cervezas y algunos tintos etiles.
Tercer tiempo en las parrillas de Riachu
La “tripu Tímido
II” hacemos doblete de asado porque regata a Riachuelo también significa asado
en lo de Don Edgardo Bo que siempre nos recibe gratamente y nos ensena, con sus
anécdotas, algún secreto más del Rio de la Plata.
Uno de los tantos rincones atiborrados de tesoros nauticos y obras de arte de Don Edgardo
Amarrar apretado
entre muchos barcos, de alguna forma se convierte en un acto de amarre colectivo,
por ello es que, así como cuando canta el gallo se despierta el resto, cuando
una tripulación amanece, las otras también.. Mientras
que con una mano tomamos unos mates o café y comemos unas galletas, y con
la otra vamos armando la maniobra, pasando escotas y brazas, salimos lentamente a máquina llevando de
remolque las cuantiosas toneladas del Candelaria.
La calma chicha
posterga la largada y al igual que el año anterior empezamos a navegar atrás de
la lancha de comisión que va a reubicar la línea en las cercanías de Km 49.9
del canal Uruguayo.
A mitad de camino el rio se empieza a ondear y se establece una brisa borneante de S / SSO. Largamos todos establecidos de través y con Spi o Genoa de acuerdo a como nos van alcanzando las rachas, los borneos y recalmones. Una pierna larga con sucesivos izadas y arridas mantienen a las tripulaciones activas y sin padecer el frio del día anterior. Navegamos bien y atentos, y excepto por el cruce involuntario con un mercante, que además de blanquetearnos nos hizo derivar unos grados, hicimos una buena regata, dato que se refleja con un 2do. en la general.
A mitad de camino el rio se empieza a ondear y se establece una brisa borneante de S / SSO. Largamos todos establecidos de través y con Spi o Genoa de acuerdo a como nos van alcanzando las rachas, los borneos y recalmones. Una pierna larga con sucesivos izadas y arridas mantienen a las tripulaciones activas y sin padecer el frio del día anterior. Navegamos bien y atentos, y excepto por el cruce involuntario con un mercante, que además de blanquetearnos nos hizo derivar unos grados, hicimos una buena regata, dato que se refleja con un 2do. en la general.
Sábado de 3 Barlo –
Sota 3
El día se
presenta con condiciones agradables pero para ideales le vuelve a faltar un
poco más de viento. Igualmente el oficial Alfredo puede largar las tres regatas programadas,
siendo que el lapso de calma total se da después de finalizada la primera
prueba, dando un rato para hacer un
lunch abordo y para que las féminas tripulantes hagan sus adorados baños de
sol. Aprovechar borneos, rachas, hacer maniobras rápidas y sigilosas
son las llaves para sacar ventaja y posicionarse en los primeros puestos.
A esta altura, la B y C de ORC Club corremos
solos en las series por lo que buscamos subir en la general. Finalizado el día, gracias a la regularidad y
a dos 2dos. puestos, ponemos al Tímido
II en 3ra posición en la suma de puntos de la clasificación general dejando un
final abierto para la última regata de mañana para todos menos para el Matrero
que fiel a su estilo e impronta ganadora otra vez descorcha y festeja haber
ganado.
Domingo De Marcas Fijas
Como el sábado
pero más despejado y sin viento, el día se presenta como ese típico (y sobrevalorado)
cálido domingo de invierno que interrumpe el ciclo de varias semanas grises y frías. La
bandera de inteligencia, postergando el tramite de largada, se iza sin que
siquiera soltemos amarras. Las cubiertas
de los barcos se convierten en una suerte de “tertulias matutinas” y mientras que algunos relajados hacen nada,
otros más inquietos, aprovechan para hacer esas pequeñas tareas de
mantenimiento tales como encintar tensores de obenques, quemar chicotes de
escotas, repasar marcas en las maniobras, etc..
Los más activos, mandan al
tripulante más liviano/a a revisar la perilla, acomodar las colas del
Windex, mirar el horizonte.
El tiempo pasa y el viento no viene. La lancha de comisión va hasta la cancha a ver condiciones. Vuelve y seguimos esperando. Algunos escépticos empiezan a desarmar escotas y adujarlas como preludio de un final sin carrera, otros y otras directamente cambian sus “ropas de combate”, arman el bolso y mandan whatsapp a sus madres pidiéndole que agreguen ravioles para el almuerzo. Pero casi sobre el límite del tiempo reglamentario aparece el gran ausente del fin de semana. Suave, muy suave es el viento E que sopla pero suficiente como para poder fondear y largar el recorrido “O”. Allí vamos, largamos francos con globo en una pierna corta que nos apila a los competidores en la primera marca, de ahí una orzada y bordes, después otra derivada, siempre con poco y caprichoso viento. Así como el canto de la sirena, tanta calma acaba desconcentrándonos y pagamos el precio que se refleja en el resultado parcial. No obstante, la suma de puntos nos permite mantener un 3ro. en la general. Finaliza el día, producto de horas de postergación, más tarde de lo previsto con una cerveceada, entrega de premios y charlas, cargadas y felicitaciones entre las tripulaciones amigas. El próximo campeonato nos llevara al puerto de La Plata donde los albores de la primavera seguramente vendrán con mas viento.
El tiempo pasa y el viento no viene. La lancha de comisión va hasta la cancha a ver condiciones. Vuelve y seguimos esperando. Algunos escépticos empiezan a desarmar escotas y adujarlas como preludio de un final sin carrera, otros y otras directamente cambian sus “ropas de combate”, arman el bolso y mandan whatsapp a sus madres pidiéndole que agreguen ravioles para el almuerzo. Pero casi sobre el límite del tiempo reglamentario aparece el gran ausente del fin de semana. Suave, muy suave es el viento E que sopla pero suficiente como para poder fondear y largar el recorrido “O”. Allí vamos, largamos francos con globo en una pierna corta que nos apila a los competidores en la primera marca, de ahí una orzada y bordes, después otra derivada, siempre con poco y caprichoso viento. Así como el canto de la sirena, tanta calma acaba desconcentrándonos y pagamos el precio que se refleja en el resultado parcial. No obstante, la suma de puntos nos permite mantener un 3ro. en la general. Finaliza el día, producto de horas de postergación, más tarde de lo previsto con una cerveceada, entrega de premios y charlas, cargadas y felicitaciones entre las tripulaciones amigas. El próximo campeonato nos llevara al puerto de La Plata donde los albores de la primavera seguramente vendrán con mas viento.
Fotos: Claudio Cambria y Elaghaka.
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Este post se publicara en la Revista Barcos de Agosto 2016